La actividad comenzó a eso de las nueve de la manada y convocó a centenares de personas que pasaron un día sábado en familia.
La vida del criancero es apacible, pero esforzada. Dentro de este mundo solo existe la cordillera, el ganado y las ganas de salir adelante. De esta labor se origina el apetecible y sabroso queso de cabra cordillerano, alimento que para ser elaborado debe obligatoriamente buscar los mejores suelos y vegetación, muchas veces, en las recónditas quebradas de la Cordillera de Los Andes. Es por ello que el retorno es sinónimo de celebración, reencuentro y alegría, donde las familias comparten un momento agradable en comunidad como forma de agradecimiento por una bajada sin novedad.
La localidad de Tulahuén celebra esa tradición desde antaño. Hecho con cariño campestre, el día del criancero es un panorama que une y fortalece los lazos de amistad, pero por, sobre todo, mantiene viva una tradición centenaria, así lo manifiesta su organizadora, Maria Ochoa, presidenta de la Agrupación de Crianceros de Tulahuén, “hoy estamos celebrando orgullosamente esta festividad del criancero. Para nosotros es muy importante realizar esta actividad que son de nuestros ancestros y estamos felices de celebrar este día”, señaló con risa afable.
Como ya es costumbre, la festividad comienza temprano por la mañana. Pan amasado, churrascas, la nuez con higo deshidratado y el infaltable queso de cabra acompañado de un buen mate leche, un té o café con agua de la tetera sacada recién de las brasas hace su aparición en una larga mesa cubierta por un blanco y modesto mantel. En ella, invitados como el alcalde Cristian Herrera, el jefe de zona de INDAP Ovalle, Héctor Ortiz y Carabineros de Chile conversan y comparten junto a la comunidad.
Labor sacrificada que no es reconocida
Hablar de crianceros es hablar también de esfuerzo, de postergaciones familiares y amorosas, de establecer una vida desconectada del mundo y de las redes sociales; es estar en la inmensidad de la Cordillera de los Andes pernoctando en quebradas, muchas veces en la incertidumbre si lloverá, nevará o habrá tormenta.
El caso de Rosa Valderrama es particular. Esta destacada criancera, premiada por el esfuerzo y la abnegación, ahora sentada en su silla de ruedas observa con emoción la ceremonia. La diabetes que la aqueja desde hace años la dejó sin poder caminar. Eso es, como ella comenta, uno de sus más grandes dolores, “estuve 10 años con los animales como criancera, donde fui a la Cordillera, a las veranadas en Argentina y ahora tenemos cabras, pero las tenemos ahí en un establo cerca de la casa, porque a mí me gustaban mucho los animales. Con mi enfermedad de diabetes, me amputaron la pierna izquierda, así que esa es la pena grande que no puedo ayudar a ver a mis animales; los miro, pero es mucha la pena, porque no puedo pararme sin poder ir a ver mis animales”.
Por su parte, Angélica Villegas, oriunda de Tulahuén destaca la labor esforzada del criancero, “esta actividad es muy bonita porque acá se ve el esfuerzo que realizan los crianceros, porque muchas veces no son valorados. El criancero está todo el día trabajando, no tiene fiesta y acá vienen a participar. Este día es el día de ellos, porque ellos están de lunes a domingos, vale decir, todo el día; se levantan temprano haciendo las cosas haya lluvia, nevada o cualquier cosa”.
Según datos oficiales del municipio de Monte Patria, en la comuna existen 500 familias que aún se dedican a este rubro que, pese al fuerte impacto que ha producido el cambio climático en la zona, persiste y se niega a desaparecer. Al respecto, el edil Cristian Herrera Peña, se refirió a este noble oficio “habíamos estado el año pasado acompañándolos, recobrando esas tradiciones campesinas de este sector que nos recuerdan esta vida tan sacrificada de nuestros crianceros y crianceras y con el compromiso de seguir apoyando para que esta actividad que es tan tradicional de nuestra comuna se mantenga viva por siempre.
La jornada finalizó con carreras a la chilena y posteriormente se presentó el grupo musical “travesía norteña”. Se espera que esta celebración se traslade a la comunidad de pejerreyes para vivir una nueva jornada llena de tradición campestre