El proyecto que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales fue presentado originalmente en 2017 por la diputada Karol Cariola y la actual ministra de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo. En 2019 fue aprobado por la Cámara y pasó al Senado, donde no registró movimiento hasta agosto de 2022, cuando el Gobierno del Presidente Gabriel Boric lo reactivó ingresando una serie de indicaciones.
Al respecto la Seremi del Trabajo, Claudia Santander, comentó que “la aprobación del proyecto de reducción de jornada laboral a 40 horas es un avance para alcanzar el Trabajo Decente y compatibilizar la vida laboral con la familiar. Se busca un tiempo de descanso efectivo para los trabajadores y trabajadoras con mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social”.
“Es importante destacar que este proyecto fue aprobado por unanimidad y con un apoyo transversal con base en acuerdos y diálogos, que permitieron dar respuesta a una demanda muy sentida por los trabajadores y trabajadoras, y que forma parte de nuestros compromisos programáticos como Gobierno. Con esto avanzamos al nivel de otros países que han accedido de forma exitosa a la reducción de jornada laboral”, enfatizó la Seremi del Trabajo.
El proyecto abarca a los trabajadores del Código del Trabajo sujetos a las jornadas ordinarias, especiales, como las de trabajadoras de casa particular, y excepcionales, que son aquellas con labores continuas, como la minería.
En cuanto a la gradualidad para la implementación, la reducción será de 45 a 44 horas al primer año de vigencia de la ley, a 42 horas al tercer año y a 40 al quinto año. Mientras que cualquier empleador que quiera anticiparse a la reducción de la jornada a 40 horas o de jornada 4×3, puede hacerlo perfectamente.
Al mismo tiempo, el proyecto de ley incluye medidas de corresponsabilidad, que apuntan a conciliar la vida laboral, personal y familiar, con lo que se espera, en particular para las mujeres, ampliar las posibilidades de empleo y con mayor estabilidad.
También, se establece la posibilidad de acordar con el trabajador o la trabajadora que la jornada ordinaria de 40 horas se cumpla en un promedio de hasta 4 semanas, con un máximo de 45 horas semanales. Y se estipula que en caso de que el trabajador sea sindicalizado, la empresa deberá contar con acuerdo de la organización representativa de las y los trabajadores, para que así, a través de un acuerdo colectivo entre la empresa y el sindicato, se pueda pactar una jornada semanal de hasta 52 horas, la que solo implicará a los socios.
A su vez, se plantea que, por pacto escrito y de forma excepcional, una vez al año, las horas extraordinarias se puedan compensar con cinco días de feriado en beneficio de los y las trabajadoras, permitiendo compatibilizar la vida personal y el trabajo.
Jornada 4×3
La iniciativa también considera la posibilidad de implementar una distribución de jornada de cuatro días trabajados por tres de descanso, conocida como 4×3. Sobre esto, el Ejecutivo presentó una indicación en la Sala del Senado para incentivar que las empresas que reduzcan la jornada laboral anticipadamente a 40 horas, sin esperar a la gradualidad, puedan utilizar también con antelación la jornada en la modalidad 4×3, previo acuerdo con los trabajadores.