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Columna de Opinión
Alcalde de Punitaqui: Carlos Araya Bugueño
En junio realizó su orden sacerdotal, el ahora ya padre Juan Carlos Álvarez Sarmiento. Juan Carlos, hombre nacido y criado en la comuna de Punitaqui viene a convertirse en el tercer sacerdote punitaquino. La ceremonia que lo consagró como cura se efectuó en la Catedral de La Serena y fue liderada por el Arzobispo, René Rebolledo. Fue una liturgia emocionante. Su familia, amigos, vecinos no tan solo de Punitaqui sino que también de otros sectores de la región de Coquimbo, dieron un entorno merecido para Juan Carlos, quien no me cabe duda que dejará bien puesto el nombre de nuestra comuna.
Juan Carlos tiene 35 años. Es de profesión técnico en enfermería, también es licenciado de Ciencias Religiosas en la Universidad Católica del Norte. Este joven sacerdote al otro día de asumir su ordenación, efectuó su primera misa en su comuna natal, sí allí en la Iglesia Inmaculada Concepción ante cientos de fieles y vecinos vieron con emoción y orgullo como un hijo de la tierra de los molinos se consagró como religioso.
La Iglesia Católica no pasa por un buen momento. Los malos actos de algunos sacerdotes han enlodado y ensuciado el nombre de la Iglesia, sin embrago me quedo con las palabras del propio Juan Carlos, quien en un programa radial de Punitaqui, señaló que la fe del catolicismo va más allá de un sacerdote, la fe es con Dios, con Cristo. Él es crítico de los malos actos de algunos presbíteros. Como alcalde y punitaquino me enorgullece que savia nueva y joven tenga claro la misión de Dios y la transmita a la comunidad
Fueron 10 años de estudios y esfuerzo para llegar a ser parte de la curia. Felicito a Juan Carlos, pero también a su familia por el apoyo y templanza que tuvieron con él. A sus amigos y formadores. Todo son parte de un proceso digno de rescatar y destacar.
Hoy Dios y Cristo ha dado a Punitaqui un nuevo Padre. Tengo la convicción que a Juan Carlos le irá bien. Él no está manchado como otros de sus pares más longevos. Él es parte de la renovación y del amor verdadero de Dios que profesará en su largo caminar que inició hace unos días atrás. Álvarez Sarmiento es el padre de la esperanza, esperanza de una mejor Iglesia que fortalezca nuestra fe y ayude al bienestar de nuestra nación. Hoy Punitaqui cuenta con un sirviente de Cristo y espero que de alguna u otra forma ayude a fortalecer la fe y la buena convivencia de nuestra y hermosa comuna.
