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La aplicación web permite al personal de salud hacer un registro y seguimiento de los neonatos prematuros en el recinto hospitalario.
En plena pandemia dos jóvenes ovallinos asumieron el desafío de realizar su práctica profesional en el área informática del Hospital Provincial de Ovalle, con la convicción de que era una oportunidad para seguir aprendiendo.
Agustín Lazo y Javier Pérez, ambos egresados de la carrera Analista Programador del IP Santo Tomás sede Ovalle, tomaron la decisión de cumplir con esta importante etapa de su formación, de manera presencial, tomando todas las medidas de prevención pertinentes, pero sobre todo con el deseo de continuar su aprendizaje y de poner sus conocimientos al servicio de la comunidad.
En casi dos meses fueron capaces de comprender las necesidades del departamento de Neonatología del hospital limarino y desarrollaron una aplicación web que permite realizar un seguimiento a los neonatos prematuros, un software que hoy se encuentra operativo y permite optimizar los recursos y el tiempo de los funcionarios de la salud.
“Cuando uno realiza este tipo de trabajo espera que el cliente los use, porque si no, no cumpliste tu objetivo como programador, pero sabiendo que el hospital puso en funcionamiento la aplicación que realizamos, me parece perfecto, eso quiere decir que quedaron satisfechos con nuestro trabajo y que es funcional”, comenta Javier Pérez.
Por otra parte, los jóvenes profesionales tuvieron la oportunidad de presentar su aplicación en una feria de estudiantes de informática organizada por Santo Tomás a nivel nacional, en la que participan alumnos de distintas ciudades del país.
Metas cumplidas
A pocos meses de esta experiencia y de haber terminado su práctica, Agustín Lazo se encuentra muy contento de sus logros, puesto su casa de estudios lo reconoció como Egresado Destacado del 2020 y hoy es un funcionario más del área de informática del nosocomio ovallino.
Por ello, asegura que nunca pensó “llegar tan rápido al mundo laboral, ya que al ingresar a la carrera no estaba muy convencido de si era la decisión correcta, había momentos en que sentía cierta frustración por no lograr comprender algunos contenidos”, confiesa.
Aprendizaje constante
A pesar de las frustraciones, Agustín no se desanimó y se propuso dedicar más tiempo a buscar información que complementara lo que recibía en sus clases. Fue así como logró conectar su vocación y sus habilidades convenciéndose de que sólo dependía de él alcanzar su sueño.
“Cada día lo disfruto al máximo y agradezco la formación, no solo en lo profesional sino también como persona, ya que eso me motivó a perseverar en mi carrera”, señala satisfecho, al mismo tiempo que afirma que “hoy cuando salgo de mi trabajo, siento que además de realizarme como profesional estoy ayudando a las personas y siendo útil a la sociedad”.
En tanto, su compañero de práctica, Javier Pérez, espera desempeñarse en lo que estudió y “si es posible desarrollar un proyecto propio”, a la vez que le gustaría continuar sus estudios en Ingeniería en Informática, ya que sabe que aún tiene mucho que aprender.
Si bien en el momento de hacer su práctica, Javier se sentía capacitado con los conocimientos que le entregó Santo Tomás, cree que “uno nunca está completamente preparado para el mundo laboral, ya que se abre una puerta a un mundo amplio de conocimientos, del cual uno sólo posee la base. Se pueden presentar distintas adversidades, que debemos solucionar por nosotros mismos, tenemos una base que nos permite hacerlo, pero debemos seguir adquiriendo nuevos conocimientos”.
